Oh Land

Pongamos que eres bailarina. Pongamos que, a causa de una fractura vertebral tienes que dejar de serlo. ¿Qué harías? Nanna Oland Fabricius lo tuvo claro y comenzó a cantar. Simplificándolo al extremo ese es el comienzo de Oh Land en la música y, por los resultados obtenidos, parece ser que no se le daba mal del todo.


Sinceramente, no sabría como describir su estilo, es más bien una amalgama. Podría ser pop, porque utiliza ritmos propios del estilo; podría ser electrónica, porque usa elementos e instrumentos electrónicos en sus canciones; podría ser dance, porque muchas de sus canciones son 100% bailables. Experimental, alternativa, trip hop... por algo no me gusta hablar de estilos musicales, cada compositor, productor, músico, etc tienen el suyo. Y el de Oh Land mola. Mucho.

Pero, si hay algo que destacar por encima de todo en lo referido a su estilo musical es la delicadeza. Delicadeza y perfección, no hay nada que parezca fuera de lugar, ni un sonido sobra, ni un sonido falta. La utilización de cada elemento en cada tema es exactamente la que necesita, ni más ni menos. Con todo esto es capaz de crear desde un ambiente alegre y optimista en "We turn it up", pasando por el dance de "Son of a gun", o a la más absoluta delicadeza en "Lean", recomendable sobre todo en su versión acústica.

Pero, sin lugar a dudas, el mayor punto a favor de Oh Land, por encima de una postproducción y una mezcla impecables, es que mejora con cada escucha. Y la pena es que su primer disco, Fauna, sea casi imposible de encontrar.